martes, 10 de abril de 2012

Helen Schucman


Los Poemas de Helen Schucman – 5. El Amor del Padre (5/5)




5. El Amor del Padre


1. Hay un lugar secreto en todos en el que son colocados los regalos de Dios y los de cada uno a el. No es secreto para los ojos de Cristo Quien ve clara y constantemente. Mas está oculto para los ojos del cuerpo, y para aquellos aun interesados en el mundo, preocupados por los nimios regalos que da, estimándolos y pensando que son reales. Los regalos de las ilusiones ocultarán el lugar secreto donde Dios es claro como el día, y Cristo con él. Oh, no dejes que siga secreto para el mundo tan lleno de pesar y tan atormentado por el dolor. Tu podrías aliviar su sufrimiento y sanar su dolor, y permitir que la paz de Dios lo envolviera tal como una madre acuna a un crío cansado hasta que este suspira y se queda dormido.
2. El descanso podría ser tuyo por lo que Dios es. Él te ama como una madre ama a su hijo; el único, Su único amor, su totalidad, tan parte de ella como su propio aliento. Él te ama como un hermano ama a su hermano, nacidos de un mismo padre, aun como uno en él, y unidos con un sello que no se puede romper. Te ama como un amante ama a su amante; su elegido, su alegría, su mera vida, el único que busca cuando este se aleja, y el único que le trae paz de nuevo cuando regresa. Te ama como un padre ama a su hijo, sin el cual su ser estaría incompleto, cuya inmortalidad completa la suya, pues en él la cadena de amor se completa – un círculo dorado que nunca terminará, una canción que será cantada eternamente, el sonido inmortal del amor y de amar que por siempre permanecerá.
3. ¡Oh permanece en paz, amado del Señor! ¿Qué es tu vida sino gratitud a Aquel te ama con un Amor eterno? ¿Cual es tu propósito aquí sino devolver a sus amorosos brazos el hijo que Él ama y que ha olvidado Quién es su Padre? ¿Cuál es tu única meta, tu única esperanza, tu única necesidad, lo único que quieres, para dejar que el lugar secreto de paz estalle sobre el mundo en toda su alegría, y permitir que su voz hable de aquel cuyo amor resplandece dentro y fuera y a través de todos los lugares ensombrecidos para abarcar a todas las criaturas en su dorada paz?
4. Tu eres Mi Hijo, y no olvido el lugar secreto donde todavía permanezco, sabiendo que tu lo recordarás. Ven, Hijo mío, abre tu corazón y déjame resplandecer sobre ti, y sobre el mundo a través tuyo. Eres Mi luz y mi morada. Hablas por Mí a aquellos que han olvidado. Llámalos ahora a Mí, Hijo mío, recuerda ahora por todo el mundo. Llamo en amor, tal como me contestarás, pues este es el único lenguaje que conocemos. Recuerda el amor, tan cerca de ti que no puedes fracasar en alcanzar su corazón porque late en ti. No te olvides. No te olvides, Hijo Mío. Abre la puerta ante el lugar secreto, y déjame resplandecer en un mundo regocijado en un éxtasis repentino. Ya vengo. Contémplame. Estoy aquí pues yo soy tu; En Cristo, para Cristo, Mi Propio Hijo amado, la gloria del infinito, la alegría de Cielo y la paz sagrada de la tierra, devuelto a Cristo y de Su mano para Mí. Di ahora Amen, Hijo mío, pues esta hecho. El lugar secreto está ahora abierto por fin. Olvídalo todo excepto Mi Amor inmutable. Olvídalo todo excepto que Yo estoy aquí.