viernes, 22 de julio de 2011

El Loto y el sendero del corazón despierto

 El Loto y el sendero del corazón corazón despierto.

                   Convertirse en femenino

                  Conociendo lo masculino, y convirtiendose en lo femenino,
                         Se llega a ser la vía a través de la cual se mueve el Mundo,
                                                                                    Estar unido a la virtud,
                                               Y renacer de nuevo.
                                                                                        Tao




El loto es uno de los fenómenos más milagrosos de la existencia; por ello en Oriente se ha convertido en un símbolo de transformación espiritual. Buda está sentado sobre un loto. Vishnú está de pie sobre un loto. ¿Por qué? Porque el loto posee un significado muy simbólico: crece en el barro, es un símbolo de transformación, es una metamorfosis. El barro es sucio, tal vez hediondo: el loto es fragante y ha salido del hedor del barro.

Exactamente de la misma manera, la vida casi siempre es barro hediondo... pero en ella se oculta la posibilidad de convertirse en un loto. El barro se puede transformar, puedes convertirte en un loto.

El sexo se puede transformar, puede convertirse en samadhi. La ira se puede transformar y se puede convertir en compasión. El odio se puede transformar y se puede convertir en amor. Todo lo que tienes y que ofrece un aspecto negativo en este momento, como el barro, se puede transformar. Tu mente ruidosa se puede vaciar y transformar, para que se convierta en música celestial. 

Osho.


El loto es el símbolo del desarrollo espiritual, de lo Sagrado y de lo Puro. Los Buddhas en meditación son representados sentados sobre flores de loto y la madurez de la meditación (dhyâna) se simboliza por la flor de loto abierta, cuyo centro y pétalos llevan grabados símbolos de figuras de diferentes Buddhas y Bodhisattvas o de sus atributos, o bien figuras complementarias, según su carácter o sus funciones. Del mismo modo, los centros de consciencia en el cuerpo humano, están representados por flores de loto provistas, según sus funciones, de un número mayor o menor de pétalos y con diversos colores que se corresponden con su particular naturaleza..

El significado original del loto se extrae de la siguiente similitud: así como la flor de loto se abre paso desde el fondo de la oscuridad del estanque, sube a la superficie del agua y se abre después de haberse elevado por encima de su nivel, sin mantener contacto ni con la tierra ni con el agua, a pesar de haber nacido de ellas, así el espíritu, nacido de este mundo, abre sus pétalos, sus cualidades, después de haberse liberado de la corriente burbujeante de las pasiones y de la ignorancia y de haber transformado las fuerzas tenebrosas de las profundidades en la pureza clara del néctar de las flores, la consciencia iluminada (bodhi-citta), la incomparable gema (mani) en la flor de loto (padma).

Del mismo modo el Santo, por su altura espiritual, está por encima del universo. Sus raíces permanecen en las sombrías profundidades del mundo, pero su cabeza se eleva hacia la plenitud de la luz. Abarca los mismo las profundidades que las cimas, la oscuridad como la luz, lo material como lo inmaterial, la limitación de lo individual y lo universal sin límites, la forma y la no-forma, el samsarâ y el nirvâna, todo ello gracias a la síntesis viva de su identidad. Por eso se dice del que está totalmente despierto: « El Iluminado no es prisionero ni del ser ni del no ser, el Santo se escapa a todos los opuestos.» (Nâgârjuna).

Si el empuje hacia la luz no estuviera ya latente en el germen escondido en la profunda oscuridad de la tierra, el loto jamás tendería hacia la luz...



Lama Anagarika Govinda




Sólo se volverá clara tu visión
Cuando puedas mirar
en tu propio corazón.
Porque quien mira hacia fuera sueña
Y quien mira hacia adentro despierta"

Carl Gustav Jung





En tu interior se disuelven las aparentes polaridades, la ilusión termina dónde comienzas a escuchar los suaves látidos del  corazón dentro de tu corazón.


Lorena Ciocale

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