jueves, 20 de octubre de 2011

Abundancia y Un Curso de Milagros

ABUNDANCIA 

O me dejo llevar por el ego, o me dejo guiar por el espíritu. Y la abundancia solo está en el segundo.




Mi ego tiene el registro de demasiados “no me lo merezco”, “no sirvo” y “no puedo” como para entender lo que significa gozar de la totalidad, de lo supremo, de lo ilimitado.
Mi parte espiritual es la que se conecta con Dios. Cuando digo Dios estoy hablando de una energía superior, un ser que podremos llamarle padre, madre divina, universo, o Dios. La abundancia es la consecuencia externa de esta conexión interna.
Cada vez que me conecto con esa otra parte de mí, con mi espíritu, indiscutiblemente en mi vida hay abundancia. Esa es una consecuencia natural.
La pregunta que podríamos hacernos sería: si supiéramos que Dios está a cargo de tu vida ¿Tendrías confianza? Absolutamente ¡sí!
…Y sucede que cuando nos preguntan si confiamos en Dios decimos que sí, pero es sólo una estrategia mental, porque a la hora de programar mi vida lo hago con mi ego.
Antes que Dios, depende de lo que me digan en el banco, mi familia, el jefe, lo que dice el mercado, lo que dicen los periódicos, lo que dice mi historia familiar, lo que dice mi historia laboral… ¡lo que dice mi ego!
Desarrollar una vida espiritual basada en el amor, del que me doy y del que me permito dar a los demás, es lo que me llevará a vivir en abundancia, vivir sin miedos.

EXTRACTO DEL LIBRO “ABUNDANCIA, VIVIR SIN MIEDOS”

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